viernes, mayo 02, 2014

30 de abril de 2014

Vuelvo la vista atrás para sorprenderme de como el tiempo va dejando su huella, día a día, sin que nos demos cuenta del momento exacto en que sucedió… y es que no sucedió en un momento sino en todos; como las partículas microscópicas de calcio que son dejadas en la roca por cada gota de agua que por ella se filtra y, un buen día, el espacio vacío de la cueva se encuentra totalmente cubierto de estalactitas.

Hay quienes afirman que la existencia misma está sostenida por el cambio. Sin embargo, percibo que dentro de mí se encuentra algo inmutable… ese yo que fui aún antes de ser, quien soy y seré por siempre… hasta que el cambio se detenga y la existencia termine, el instante en que retornemos a la nada que, en realidad, es el Todo que no requiere existir para ser.