miércoles, marzo 11, 2009

Otra ventana


Dicen que el hombre es el único animal que comete más de una vez el mismo error, y cada día estoy más convencido de ello.

Al parecer mi necedad por “catafixiar” las puertas por las ventanas no terminará nunca, aunque debo admitir que en cada ocasión la experiencia tiene matices muy particulares.

Anoche, por ejemplo, intenté nuevamente hacerlo, quedando atorado justo a la mitad del cuerpo. Algo le impedía salir a mis extremidades inferiores, aunque a simple vista no había nada que obstruyera el paso.

Y es que sucede que ese “algo” no es tan sencillo de describir. Resulta que, al parecer, a través de algunas ventanas es posible “conectar” dos momentos diferentes, dos vidas que no tendrían que coincidir en el mismo espacio/tiempo. Mi parte superior estaba en mi presente y, por extraño que parezca, la inferior se encontraba atrapada en un remoto pasado, en el cual mi constitución física era mucho más gruesa que la actual, lo que no le permitía librar la estrecha abertura.

sábado, marzo 07, 2009

martes, marzo 03, 2009

Area restringida


La quietud del desierto casi podía palparse. Quizá por eso resultó tan sorpresivo el rugido de aviones que se escuchó de pronto en el aire. Sin razonarlo demasiado corrí a ocultarme rápidamente tras unos peñascos. La claridad del ambiente permitía admirar un cielo de un azul profundo, mismo que resaltó la imagen de un par de aviones caza que de pronto pasaron sobre mi cabeza.

Ahora entendía el por qué la soledad del lugar. Estaba en una especie de zona militar restringida en algún punto de algo que parecía ser el desierto de California.

Minutos más tarde, ya dentro de un espacioso edificio, me encontré caminando a través de un largo pasillo con piso de cemento flanqueado por sendas zonas de grava rojiza (probablemente tezontle) entre el camino y las paredes prefabricadas. Algo dentro me decía que yo no debía estar en tal sitio; y sin embargo ahí estaba sin saber cómo había llegado.