Vuelvo
la vista atrás para sorprenderme de como el tiempo va dejando su
huella, día a día, sin que nos demos cuenta del momento exacto en que
sucedió… y es que no sucedió en un momento sino en todos; como las
partículas microscópicas de calcio que son dejadas en la roca por cada
gota de agua que por ella se filtra y, un buen día, el espacio vacío de
la cueva se encuentra totalmente cubierto de estalactitas.
Hay quienes afirman que la existencia misma está sostenida por el
cambio. Sin embargo, percibo que dentro de mí se encuentra algo
inmutable… ese yo que fui aún antes de ser, quien soy y seré por
siempre… hasta que el cambio se detenga y la existencia termine, el
instante en que retornemos a la nada que, en realidad, es el Todo que no
requiere existir para ser.
viernes, mayo 02, 2014
viernes, abril 18, 2014
Pinturas rupestres - Valle de Cuatro Ciénagas, Coah.
Hay voces que nos hablan desde el
pasado, ecos de infancias colectivas en los que aún se conservaba la memoria
del origen.
Resulta imposible estructurar
enunciados coherentes para describir lo que tengo ante mis ojos. Tal vez porque
las palabras para hacerlo se fueron perdiendo con el paso del tiempo. Han
pasado miles de años desde que hablábamos con el lenguaje de la tierra; una
lengua en la que, por ejemplo, no encontraban cabida los pronombres, pues
"yo, tú y él" no se entendían por separado.
El tiempo mismo parece distorsionarse:
¿Retrocedí al pasado o fue éste quien vino a mi encuentro? El silencio del
desierto me pide entonces que acalle el ruido de los pensamientos para que sea
el corazón quien escuche.
Que privilegio estar frente a
esta majestuosa obra del talento humano.
No sé lo que dicen las figuras pintadas en las paredes de la montaña,
pero entiendo lo que me comunican. Hablan de lugares sagrados, de corrientes
telúricas, del rayo y la lluvia, de la caricia del viento sobre la piel de la roca,
del poder y la humildad, de la vida que se transforma pero jamás se termina, de
muerte y renacimiento, de algo muy dentro que se conecta con las más distantes estrellas.
Intento ver con los ojos de los
que me precedieron, dejar de ser un turista para comulgar con el entorno. Solo
entonces los trazos revelan su propósito: algo me dice que no se trata de arte
como hoy lo entendemos, la estética es tan solo consecuencia de una armonía
antes omnipresente, o como se diría actualmente: una "externalidad positiva".
La cueva no es una galería de museo, es un punto de encuentro con realidades más
sutiles, más verdaderas.
Se trata de códigos universales
presentes en toda cultura, en cada individuo, mas solo comprensibles para unos
pocos iniciados capaces de interpretarlos en su totalidad. Los demás debemos
conformarnos únicamente con sentir las fibras que consiguen hacer vibrar en
nuestro interior, como el harpa que siente la mano que tensa sus cuerdas produciendo
bellos sonidos, mas desconoce la partitura completa del Gran Compositor.
Desde siempre me ha unido un
vínculo especial con la tierra. Quizá por ello me cuesta tanto trabajo dejar el
sitio, la soledad y el silencio; volver al destierro en una civilización que no
percibo como propia, tan distante, tan correctamente fragmentada.
Etiquetas:
Bitácoras de viaje 1
miércoles, marzo 26, 2014
Un accidente programado
Hay historias complejas de narrar, sobre todo cuando la simple descripción de lo vivido no consigue expresar las impresiones causadas.
Como ocurre
con la cápsula con forma de huevo donde viajaba encerrado con una mujer de
color y un ser andrógino; me resulta imposible describir como en realidad los tres
formábamos uno.
Mas la cápsula debía caer en un accidente programado. Cada acto,
cada vivencia nos condujo a este momento, nos preparó para ello.
El andrógino
entra en pánico, es el único que sabe será aniquilado. De nada sirve su
angustia, pronto sobreviene la desorientación, el vértigo, la velocidad, el dolor,
el caos, la desintegración, el tránsito a través de un cúmulo infinito de luces…
no todos logran superarlo.
Los dos
sobrevivientes, fragmentados, olvidamos todo para entrar, cada cual por su
lado, en un extraño sueño... Ignoro el paradero de la mujer de color. Empiezo a caminar junto a otras personas en una especie de trance, solo deambulábamos observando, percibiendo, atraídos por las formas
y colores de visiones colectivas, envolventes; un mundo de tres dimensiones
donde se es diferente al que se era en el origen. Colores… creo que es lo
primero que llamo mi atención en este extraño mundo.
Se trata de un
universo de imágenes proyectadas dentro de un gran cubo en el que todo parece
transcurrir más lento, pues está sujeto a las leyes del tiempo. Hay ventanas que no solo nos protegen, también nos impiden ver que hay mas allá. Parecemos
no percatarnos que caminamos dormidos, como sonámbulos o autómatas.
Poco a poco
caigo en cuenta que puedo influir en los objetos multicolores, en sus
movimientos, sin embargo no termino de comprender el mecanismo de las
interacciones. De igual forma empiezo a reconocer a antiguos conocidos, mas no
recuerdo de dónde ni por qué se comportan de manera diferente a la de mis vagos
recuerdos.
Intuyo que
la forma de despertar y volver al punto de partida está en vencer ese sopor que
nos mantiene cautivos e impide ver lo evidente; pero no resulta sencillo, mi
mente apenas logra vencer –por escasas fracciones de tiempo– este profundo
sueño.
Música,
colores, religiones… todo es una ilusión. Estamos contemplando una experiencia
que no es real y que nos mantiene atrapados en ella.
Para salir
de esta extraña trampa es necesario dejar de pensar, lograr que la mente ceda
espacio al vacio, un estado en el que simplemente se es…
lunes, enero 27, 2014
Las dos puertas
Durante el transcurso de tu vida
se irán abriendo (por pares) puertas cuando haya que pasar de un capítulo a
otro. Con tu ojos mirando al norte, siempre toma la de la derecha, pues si
optas por la de la izquierda entrarás en un mundo falso e ilusorio, y para salir
de él tendrás que esperar a que nuevamente se vuelvan a abrir las puertas.
Debes también saber que por la de
occidente verás aparecer, como los espejismos en medio del desierto, imágenes y
personas que intentarán, con gran astucia, confundirte para que por ella
cruces. Ignóralas y jamás las escuches ni te detengas a contemplarlas, pues su
atractivo es mucho y su poder de persuasión grande; mas no son reales, vienen
de un mundo de letargo, olvido y confusión que hará que pierdas el camino.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)