lunes, febrero 04, 2008
Despedida
Por fin, ya la decisión fue tomada, en unos días partiré dejando atrás seis años de historias, recuerdos y canciones.
Hace tiempo me llegó un correo que hablaba precisamente de eso, de cerrar ciclos, colocarle la palabra FIN a las historias, por muy bellas que estas fueran. Desconozco quién es el autor o autora de las siguientes líneas, si alguien lo sabe no deje de informarme para darle el crédito correspondiente:
"La vida es bella pero nosotros la complicamos todos los días, no nos damos cuenta que debemos cerrar capítulos y ver hacia adelante. Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? ¿La amistad se acabó? Puedes pasar mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los “por qué”, en “devolver el casete” y tratar de entender por qué ocurrió tal o cual hecho.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tú, tus amigos, tus hijos, tus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, hecho está. Y hay que soltar. Hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡No, los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso a veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos internos de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar.
Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir solo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, y no esperes que alguna vez se den cuenta de “quién eres”.
No, suelta. Con el resentimiento, al encender “tu televisor” personal para darte y darle al asunto, lo único que consigues es dañarte mentalmente, envenenarte, amargarte. La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si andas por la vida dejando “puertas abiertas” por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran posibilidades de “regresar” (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puedes enfrentarlo ya y ahora, hazlo!
Si no, déjalo ir, cierra capítulos. Convéncete que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tú ya no encajas ahí: en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, ya no eres el mismo que se fue hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto ya no hay nada a qué volver.
Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo ni el entorno al que regreses será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprende lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, porque cuando llegaste a este mundo lo hiciste sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero, cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suelta.
Hay tantas palabras para significar tu salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tu tranquilidad.
¡Esa es la vida! Comparto esto contigo, nunca está de más recordar que debemos cerrar nuestros círculos pendientes".
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2 comentarios:
Admirablemente cierto¡¡
Alex
Hola Carlos...
¡Cuánta razón hay en tus palabras! Y cuán necios somos muchas veces en aferrarnos a no cerrar esos círculos que sólo nos hacen daño...
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